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Introducción

El eje de este proyecto se encuentra en la experiencia vital de D. Víctor Lobato, profesor del IES Laguna de Tollón de El Cuervo de Sevilla. Originario de la ciudad marroquí de Tetuán, ha vivido más de veinte años allí. 

 

Durante el presente Curso, en la asignatura Historia de España, hemos tratado la creación del Protectorado español sobre el norte de Marruecos y sus vicisitudes. Como sabemos, este último estableció su capital en la “Paloma blanca”, como llaman a su ciudad muchos tetuaníes.

 

El tutor de este proyecto nos informó sobre el riquísimo patrimonio histórico, artístico y cultural que atesora esta urbe norteafricana. Además, nos comentó las particularidades que presenta su pasado, especialmente en lo relativo a la presencia andalusí tras la emigración desde la Península Ibérica de parte de su población musulmana, que se combina con la posterior presencia española a finales del siglo XIX y, especialmente, en la primera mitad del XX, durante la vigencia del Protectorado.

Es decir, Tetuán conserva un importantísimo legado patrimonial de origen hispano procedente tanto de época medieval como contemporánea, que se fusiona con la tradición propia de las culturas del Magreb.

 

Gracias a la amabilidad de D. Víctor Lobato, que en todo momento se ha prestado a ayudarnos, hemos podido hacer todo un recorrido en primera persona por el legado patrimonial de esta ciudad de historia tan particular. Y ha sido su propia experiencia vital la que nos ha servido de guía en este auténtico viaje de descubrimiento.

 

De esta manera, hemos podido confirmar la existencia de un patrimonio urbano monumental, rico y originalísimo, que va desde su exótica y apasionante medina andalusí, con una judería excepcional, a todo un magnífico ensanche español contemporáneo. Pero el relato de nuestro guía nos ha permitido además descubrir otros aspectos del patrimonio tetuaní, esta vez relacionados con elementos históricos y culturales tan importantes como la convivencia (de una manera excepcional) de tres comunidades: la mayoritaria musulmana, la cristiana (sobre todo española) y la judía, esta última de origen sefardí en buena parte. Es decir, de nuevo volvieron a aparecer las conexiones entre la historia norteafricana y la de la Península Ibérica, que se materializaban en este peculiar enclave.

 

Por último, y como otro auténtico regalo proporcionado por el recorrido vital de nuestro protagonista, resultó que su familia paterna era originaria del pueblo malagueño de Faraján, en la Serranía de Ronda. Esta localidad presenta un origen bereber que se evidencia no solo en su topónimo sino que todavía se puede apreciar en su trama urbana y en la tradición de los aprovechamientos del agua para el uso agrícola y ganadero. Terrazas, huertas, acequias, bancales, fueron el escenario de una visita en la que, de nuevo, Víctor fue nuestro guía de excepción.

 

En definitiva, desde el primer momento descartamos que este trabajo fuera una mera (y monótona) descripción de monumentos o espacios urbanos.

 

En primer lugar, porque como hemos tenido oportunidad de debatir con nuestro tutor y ya hemos avanzado, el patrimonio no se limita al ámbito artístico y, dentro de él, a la arquitectura. Es mucho más que eso. Y desde que empezamos a aproximarnos a la realidad de Tetuán, a su historia, geografía y, sobre todo, a la realidad de las gentes que desde hace siglos se han asentado en esta ciudad, nos dimos cuenta que el patrimonio cultural iba a ser uno de nuestros principales hallazgos. Las charlas con Víctor, nuestro entrevistado, no hicieron más que confirmar esta primera impresión. Así que aspectos como la presencia de diferentes comunidades, la musulmana, la sefardí y la cristiana, sus orígenes, costumbres, tradiciones, particularidades y, sobre todo, el fenómeno de una convivencia secular, nos parecieron maravillosos hallazgos desde el punto de vista patrimonial. Es más, como se puede ver en el trabajo, el precioso patrimonio arquitectónico y urbano que la ciudad todavía atesora está íntimamente relacionado con esa realidad multicultural y solo se puede explicar de manera integral poniéndolo en conexión con esa realidad multicultural.

 

En segundo lugar, porque la procedencia de la familia paterna de Víctor nos ofreció la oportunidad de constatar las sucesivas migraciones producidas entre un lado y el otro del Estrecho de Gibraltar durante siglos, y la mutua influencia ejercida. Así, Faraján, pueblo de la Serranía de Ronda, de claro origen bereber, ofrecía todavía analogías urbanas evidentes con Tetuán y otros núcleos como Xauen. Del mismo modo, pudimos comprobar el origen netamente andalusí de buena parte de la medina tetuaní. Y qué decir del la última fase de ese continuo ir y venir, materializado en la capitalidad del Protectorado español y en uno de los diseños urbanos contemporáneos más sorprendentes del norte de África: el Ensanche.

 

Y, por último, porque desde el principio pensamos que para evitar la monotonía de un documento meramente descriptivo y para hacerlo más rico, había que relacionarlo con acontecimientos de la vida cotidiana de la familia de nuestro entrevistado y/o de la historia con mayúsculas. De esta manera, su experiencia vital y sus recuerdos se convertirían en el hilo conductor que nos permitiría descubrir el patrimonio histórico, artístico y cultural que Tetuán guarda entre sus calles, edificios, murallas, jardines,… Así podríamos mostrar una visión más completa y, sobre todo, más viva y real de esos elementos patrimoniales, ligados a las vivencias y recuerdos de Víctor. Además, como veremos, algunos de ellos forman parte de la historia reciente de Marruecos y/o de España.

 

La emigración de la familia de Víctor y la estancia en Tetuán se convirtieron al fin en el mejor pretexto para realizar este recorrido que va desde la Serranía de Ronda al norte de África. Os invitamos a acompañarnos y a adentraros en la riqueza de un patrimonio histórico, artístico y cultural absolutamente excepcional.

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