En este capítulo Tetuán va a mostrarnos su alma a través de la naturaleza cotidiana de sus moradores, los cuales pueblan y llenan de vida las sinuosas calles, los mercados, las plazas, los vagones del ferrocarril, las bóvedas estrelladas de libros y los humildes bakalitos.

 

La vida de Víctor nos llevará a cruzar por esta sinfonía arquitectónica llena de vida. Y así sus recuerdos nos sumergirán tanto en los grandes espacios públicos de firma española como en el modesto establecimiento de su abuelo Víctor. El abuelo, que “fue picador, allá en la mina” en otros tiempos, y que finalmente emigró a Tetuán desde La Carolina buscando un futuro mejor.

 

Por otro lado, nos conducirá a un apasionante viaje desde la vieja estación de ferrocarril, que conectaba Tetuán con Ceuta, pasearemos por las hermosas Plazas “del primo” y de España, y descubriremos las librerías españolas o su propia biblioteca familiar. Y, por qué no, compartiremos con Víctor el placer de leer libros prohibidos que pasaban de mano en mano como si fueran un preciado tesoro.